MotoGP 20 mantiene la tradicional línea continuista de los videojuegos deportivos. La mejoría llega en forma de pinceladas al último simulador de Milestone, que ya cuenta con una dilatada trayectoria en lo que se refiere a traer títulos que traten de reflejar lo más fielmente posible el mundo del motociclismo.
Puro MotoGP
Si hay un aspecto preliminar que destacar de MotoGP 20 es que, como viene siendo costumbre, Milestone aprovecha a la perfección su franquicia. Todos los pilotos, todos los equipos y todas las motos están presentes. Desde los populares Marc Márquez o Valentino Rossi hasta los Albert Arenas o Jeremy Alcoba aparecen representados junto a los equipos para los que corren. La categoría reina y sus filiales cuentan con todo el protagonismo que necesitan y merecen.
Los circuitos, los otros grandes protagonistas, también han recibido el cariño necesario. Reafirmándose en el continuismo de los apartados que ya cumplían las pasadas ediciones a la perfección, en MotoGP 20 también tenemos la oportunidad de sentir los descensos de Laguna Seca o el característico trazado que precede a la recta de meta del circuito de Ricardo Tormo de Cheste.
La adaptación se realiza a la perfección y, lo que falta, se añadirá en una actualización que llegará a principios de mayo para la categoría MotoGP y a finales mes para Moto 2, Moto 3. Debido al parón por coronavirus nos encontramos con la ausencia del Red Bull Rookies Cup y MotoE, que irán llegando antes de que acabe junio. Teniendo en cuenta las circunstancias especiales que rodean al lanzamiento y el compromiso por añadirlas en cuanto sea posible, no le pasaremos factura en este análisis.
Tres categorías, tres mundos
Aunque la virtud gráfica y lo excelso de la adaptación de la franquicia son encomiables, la jugabilidad también merece que se le dedique su propio apartado. En términos generales hay que apreciar el esfuerzo del título por tratar de no dejar fuera a ningún jugador. La dificultad está bien trabajada. Cualquier jugador ajeno a los títulos de conducción es bienvenido en este Moto GP 2020, que ofrece una experiencia totalmente personalizable que va de lo ridículamente fácil a una que prácticamente es capaz de clavar las vueltas rápidas del circuito en el pasado año.
Sin embargo, al tratarse de un juego de conducción, contamos con una dificultad en dos partes. Por un lado tenemos la inteligencia artificial, que hará que los pilotos no controlados sean más o menos rápidos y, por otro, la simulación. Ayuda en la trazada, frenos asistidos, sincronización entre el freno delantero y trasero o el comportamiento de la moto cuando nuestras ruedas tocan con hierba o tierra.
Un arcade rápido y frenético o un juego con tintes de simulación que comparten título y dependen de ciertos aspectos intercambiables en el menú de opciones. Quizás falla más en este segundo apartado, pues en ocasiones los pianos parecen demasiado permisivos y caerse de la moto en las curvas sigue siendo relativamente complicado. Aunque la simulación podría castigar más nuestros errores y no está a la altura de otros títulos del mundo del SimRacing, es más que cumplidora.
Otro de los aspectos donde este MotoGP 20 es capaz de brillar es en las diferentes categorías. Existen diferencias evidentes entre competir en Moto3, Moto2 y MotoGP. La forma de afrontar el trazado, los puntos de frenado y el control que somos capaces de ejercer sobre nuestras dos ruedas son completamente diferentes. Pasar de jugar Moto3 en nuestro modo trayectoria a buscar una contrarreloj en una Moto GP probablemente sea la peor idea que se nos puede ocurrir si no tenemos el juego completamente dominado.
Modos de juego
MotoGP 20 cuenta con varios modos de juego. Campeonato, Contrarreloj, Histórico o Trayectoria son las opciones principales. Aunque cumplen y nutren al juego de horas de diversión en solitario, son algo planos. Se echa algo de menos un mayor esfuerzo creativo a la hora de mejorar los existentes o idear unos nuevos. Además, tampoco hay rastro de una vuelta de los modos cooperativos.
El rey del juego, a excepción de un modo multijugador que por motivos evidentes no está transitado en el momento de escribir el análisis, es sin duda el modo Trayectoria. Aun sin el comienzo en las categorías previas al motociclismo más profesional, tenemos disponible un sistema de progreso que nos permite avanzar desde el mundial de Moto3 hasta la máxima categoría, MotoGP.
Esta Trayectoria es la que permitirá a los jugadores firmar por uno u otro equipo. Incluso aventurarse en una escudería todavía desconocida con la que comenzar a competir con menos pretensiones. El nivel de personalización de nuestra ropa y equipamiento es casi infinito y cuenta con un editor brillante, pero languidece a la hora de dar a nuestro piloto su propio rostro. Es cierto que durante la mayor parte del juego tendremos el casco puesto, pero si sois jugadores exquisitos os sacará de la experiencia antes de subir a la moto y al final de la carrera.
El modo Trayectoria peca, también, de ser demasiado plano. El progreso en diferentes áreas a lo largo de nuestra estancia en el equipo. Chasis, aerodinámica o motor pueden ser desarrollados. Tras esta funcionalidad, que a priori parece positiva, existe una notoria falta de creatividad y una nula sensación de progreso. Es buena señal que podamos mejorar, pero sería mucho más gratificante si el que mejorara fuera nuestra piloto y no solo nuestra máquina. Como todos los deportes, el motociclismo se entrena, y esa situación debería plasmarse más allá de nuestro desempeño con las mecánicas.
También destaca el Histórico, que nos dará horas de diversión subidos a motos de diferentes épocas históricas. Cada cual tiene sus particularidades y ante la gran cantidad de desafíos a enfrentar en tres dificultades diferentes
En el circuito
Además de sus bondades en la personalización o en la recreación del circuito mundial de motociclismo por excelencia, MotoGP 20 tiene mucho que decir sobre el circuito. El título de Mileston es capaz de funcionar donde tiene que funcionar. Desde que desarrollaron el primer MotoGP trayendo de vuelta la franquicia, el progreso ha sido constante. En 2013 el título hacía aguas. No obstante, conforme nos adentrábamos en el final de la década los juegos iban mejorando.
Con este 2020, el motociclismo vuelve a estar de enhorabuena. La última entrega continúa la notable mejoría y la sensación de juego a MotoGP 2020 es mejor que nunca. El desgaste asimétrico de los neumáticos nos hace sentir que el circuito importa más allá del trazado y junto a un mapeo de motor que dota de importancia al combustible, la profundidad táctica de las carreras aumenta. Sigue sin ser brillante, pero es capaz de hacerse notar.
En lo puramente jugable, todo funciona como debe. En función a la dificultad escogida el juego se comportará de una u otra manera. La diferencia entre el arcade más básico y la simulación más extrema es tremendamente notoria. Sin embargo, el juego sigue siendo demasiado generoso a la hora de trazar sobre los pianos y, si no disputamos la carrera en MotoGP, permite que hagamos locuras que serían impensables a los mandos de una motocicleta.
Sin embargo, hay un aspecto que destaca negativamente. Aunque la inteligencia artificial mejoró en la saga con la inclusión de ANNA, sigue teniendo algunas lagunas. Es cierto que en cuanto a los adelantamientos y las defensas que realizan los pilotos de la inteligencia artificial no puede haber demasiada queja. Sin embargo, hay ciertos aspectos que flojean.
Uno de los detalles más llamativos de Forza Horizon 4 son sus ovejas. Los animales cuentan con una inteligencia artificial increíble que hace que eviten las colisiones con los vehículos. Es prácticamente imposible chocarse con alguna. Más allá de lo complicado que tiene que ser trasquilarlas, es una inclusión que, además de divertida, es funcional. En MotoGP 20 los pilotos no son ovejas, más bien, parecen cabras.
Es evidente que en muchas ocasiones nos cruzaremos con los pilotos y acabemos dando con nuestro personaje en el asfalto, llevándonos por delante a algún que otro miembro de la parrilla. Sin embargo, a veces parece que, aunque no nos crucemos y simplemente sigamos nuestra trazada, serán ellos los que acaben por embestirnos o por no tomar las precauciones suficientes.
Los propios pilotos de motociclismo se rindieron ante MotoGP 19 en el pasado. El SimRacing continua un ascenso lento, progresivo e imparable. Moto GP 20 no termina de brillar en los aspectos de simulación, pero consigue una experiencia atractiva para los jugadores casual y hardcore. Dar cabida a dos públicos tan diversos y con ambiciones tan diferentes es una tarea titánica en la que el juego, pese a todo, es capaz de graduarse.
El salto a los esports encuentra su mayor dificultad en lo reducido del género. Los múltiples ajustes, el modo repeticiones y el funcionamiento del título prometen una competición en línea de lo más interesante. El campeonato de motociclismo puede que no arranque durante este año, pero el asfalto virtual se prepara para que el olor a neumático quemado se disfrute, aunque sea de forma virtual.