id Software recupera al DOOM Slayer para que salve la tierra de los demonios del infierno en DOOM Eternal, el más y mejor que nos traen junto a Bethesda, para hacernos sudar sangre con el mando o el teclado y ratón en las manos. Acción, acción y más acción desenfrenada, con algo de exploración, mientras nos abrimos camino entre los ejércitos de no muertos que pueblan la tierra y más allá. Una propuesta simple y directa en su planteamiento, pero con muchísima profundidad en su ejecución, que se divide a su vez en dos vertientes: modos historia y el battlemode multijugador. Para este análisis hemos tenido acceso a la vertiente para un jugador de DOOM Eternal, ya que el multijugador no estará disponible hasta el lanzamiento del juego el próximo 20 de marzo de 2020. De esta manera, tanto la puntuación como las apreciaciones que encontraréis a continuación hablan de la aventura del que fuera conocido como Marine de DOOM para salvar a la humanidad.
El planteamiento es sencillo, y similar al que ya experimentamos en DOOM en 2016. Recorre niveles lineales plagados de secretos mientras te encuentras con mil y un enemigos diferentes en sucesivas arenas de combate. Cuando termines con ellos, con la escasa munición que tendrás, y realizando todas las ejecuciones que puedas para recuperar vida, podrás tratar de encontrar los secretos del mapa, que llegan en la forma de muñecos superdeformed de los enemigos, piezas de la banda sonora, códigos de trucos para cuando repitas los niveles, vida extra para no tener que volver al último punto de control si mueres... En resumidas cuentas, que cada nivel tiene un número exagerado de enemigos, bastante variados, además, pero también una cantidad elevadísima de secretos, aunque el minimapa facilite en exceso nuestra búsqueda haciendo obvia la localización de cada objeto especial.
Las novedades vienen de la mano de añadidos a la fórmula, más que de renovaciones o cambios a lo que ya conocido, añadiendo nuevas formas de matar, de modificar las armas, de recorrer los niveles... Es decir que DOOM Eternal no llega para que cambiemos la forma que tenemos de entender el juego que jugamos en 2016, sino para demostrarnos que su fórmula sigue siendo tan divertida como era, pero ahora es aún más variada y configurable.
El argumento
DOOM Eternal comienza 6 meses después de lo que vivimos en DOOM (2016), y las cosas se han puesto muy malitas. Las tropas del infierno han tomado la tierra y ya han acabado con el 60% de la humanidad sobre la faz de la tierra. Solo el DOOM Slayer, con la ayuda de la IA Vega, con una base orbital como centro de operaciones, puede acabar con la amenaza, poniendo primero en el punto de mira a los 3 sacerdotes infernales y, después, a la propia Khan Maykr. Por el camino profundizará tanto en el origen de esta cruenta amenaza, como en los orígenes del propio héroe de la aventura. No hay demasiado espacio para el humor en la narrativa, ya que id Software ha decidido tomar un acercamiento mucho más serio y épico hacia la historia, aunque esto no quita que haya detalles aquí y allá destinados a sacarnos una sonrisa.
La duración de la aventura depende, por supuesto, del nivel de dificultad que hayamos elegido al comenzarla, aunque ya os avanzamos que DOOM Eternal no es un juego sencillo, ya que trata de ponernos constantemente al límite de nuestras capacidades, dejándonos casi sin munición, para que juguemos de la forma más inteligente posible. De hecho sus combates se configuran casi en una suerte de puzles vivos en los que tenemos que aprender a encajar los puntos débiles de los enemigos que tenemos delante y las escasas balas que nos queden, en escenarios pretendidamente angostos y limitados. Habrá que usar continuamente las ejecuciones, puñetazos sangrientos, la motosierra y todos los trucos bajo la manga del Slayer. Vamos, el delirio de los fans de la acción a la antigua usanza. En nuestro caso la aventura ha superado las 15 horas con búsqueda intensiva de objetos escondidos, en dificultad ultraviolencia.
Más herramientas para el Slayer
Conforme juguemos iremos desgranando las posibilidades de DOOM Eternal, que se van abriendo muy poco a poco durante las primeras horas de juego. Al final, podremos mejorar el traje, las armas y sus capacidades, las runas, las aptitudes básicas del Slayer... Y a la vez el arsenal no dejará de crecer con nuevas armas, pero también con posibilidades extra para nuestro héroe, como las granadas o los ataques de hielo, los deslizamientos, etc... De esta forma, lo que empieza siendo un juego de dispara y corre evoluciona con capas y capas de sofisticación, hasta el punto de parecer excesivo todo lo que podemos hacer en algún momento. Sin embargo se trata de elementos necesarios para que la jugabilidad se mantenga fresca durante toda la aventura, aunque en las partes finales sí que es cierto que se resiente, al repetirse los mismos enemigos, solo que añadiendo oponentes más y más poderosos a la ecuación.
La variedad de enemigos, eso sí, es mucho mayor en esta ocasión, y cada uno de ellos tiene sus puntos fuertes y débiles. Por ejemplo, para acabar con un cacodemonio podemos gastar una cantidad ingente de balas... O lanzarle una granada a la boca para que quede expuesto directamente a una ejecución. Esa es la clave para triunfar en DOOM Eternal. Conocer bien los enemigos, las armas que tenemos y las posibilidades del personaje, combinándolos todos en un huracán de disparos y destrucción desmedida. Y ya que hablamos de destrucción, conviene resaltar un detalle cosmético que añade un extra a la ambientación: nuestros disparo destruyen poco a poco a los enemigos, que demuestran los efectos del plomo que reciben sobre su piel y carne.
¿Y qué pasa al acabar el juego?
Cuando acabamos DOOM Eternal no hay demasiado que hacer, ya que a priori el juego nos da todas las facilidades posibles para que tengamos todo en cada nivel, al activar el viaje rápido por el mapa poco antes de acabar cada nivel. Nos quedaría jugar con los códigos de trucos que hayamos encontrado, y probar en dificultades más altas. Además de esto, estarían los niveles maestros, que suben el nivel chetando a los enemigos para poner a prueba nuestra habilidad. Por desgracia son pocos y, sin ir más lejos, uno de los que tenemos disponibles es por registrarnos en Bethesda.net y el otro es una bonificación de reserva. No habría estado de más algo extra... Aunque al menos estará el modo Battlemode multijugador cuando salga el juego.
Gráficos y sonido
DOOM Eternal tiene un aspecto imponente, y además funciona a las mil maravillas en cuanto a estabilidad y pulido de la jugabilidad. id Software demuestra una vez más que los términos técnicos no son un secreto para ellos, consiguiendo ofrecer una experiencia frenética e intensa, sin ningún problema de índole técnica. Además, los escenarios son más grandes, los enemigos más variados, detallados y numerosos y hay más formas de movernos que nunca. Es decir, toda una demostración de poder por parte de la desarrolladora.
En cuanto al sonido, tampoco hay ningún problema, con doblaje al castellano y contundentes efectos de sonido, acompañados de una banda sonora heavy metal sencillamente extraordinaria. Mick Gordon lo ha vuelto a hacer, y su creación te meterá en la pomada al tiempo que te pondrá los pelos de punta.