Casi todos los juegos de cartas modernos se basan en varios sistemas que, aunque alterados en jerga y jugabilidad, cumplen un cometido similar. Hace tiempo os hablamos de las Tierras y el maná en Magic, que integran el sistema de límites a lo que se puede hacer cada turno, y ahora es el momento de hablar de cómo se ganan las partidas.
Magic funciona con un sistema de vidas, las cuales podemos hacer bajar o subir mediante todo tipo de cartas. Una de las que todo el mundo conoce es el ataque con criaturas, un tipo de carta permanente que es la base de muchas estrategias dentro del juego de naipes de Wizards of the Coast.
Las criaturas son un tipo de carta que están en la inmensa mayoría de las cartas, y que son básicas en una cantidad brutal de ellas. Es posible generarlas con hechizos u otras habilidades, por lo que al final suelen estar presentes en la totalidad de las partidas jugadas de Magic.
A nivel de lore, representan a los guerreros, seguidores, bestias y monstruos que ayudan al jugador, normalmente luchando por él, y en ocasiones haciendo uso de sus propias habilidades. Dado que atacan al rival para reducir sus vidas y bloquean para defender las tuyas, son fundamentales en muchas estrategias dentro del juego.
Son jugadas en la fase principal del jugador, mediante el pago de tierras, y suelen llegar a la mesa con el conocido como "mareo de invocación", un debufo que les hace imposible atacar en ese primer turno a menos que cuenten con una habilidad que lo deshabilite.
¿Cómo es una carta de monstruo?
Las cartas de criatura tienen un coste, dispuesto en la parte superior, y que puede ser satisfecho girando tierras. La mayor particularidad de las cartas de criatura es que tienen dos valores de combate: fuerza y resistencia. El primero determina el daño que hace en combate, mientras el segundo nos cuenta cuánto aguanta dicha criatura como bloqueador.
Todo el daño sufrido durante un mismo turno se acumula, si es que dicha cantidad no les reduce la resistencia a cero, pasando a curarse una vez finaliza. Por cierto, les llama permanentes porque se quedan en el campo de batalla hasta que son destruidas, momento en el que van al cementerio (un montón de descarte, situado boca arriba junto a la biblioteca).
Además de esto, con un guion tras la palabra Criatura, se especifica su subtipo o familia. Un gran porcentaje de criaturas cuentan con una familia, que les hace relacionarse con todo tipo de cartas y efectos, así como se les hace partícipes de una serie de características. Los ángeles suelen ser grandes, pertenecientes al color blanco y voladores, mientras los goblins suelen ser del color rojo, pequeños y con capacidad de hacer daño de forma rápida.
¿Qué tipos tenemos?
Si hacemos caso a la carta Scaled Destruction, que definió el tamaño de las cartas según su fuerza y resistencia, llegamos a esta separación:
- Pequeñas - La suma total entre fuerza y resistencia es 4 o menos.
- Medianas - La suma total entre fuerza y resistencia está entre 5 y 8.
- Grandes - La suma total entre fuerza y resistencia es superior a 9.
Si queremos dividir las criaturas por sus familias o subtipos, has de saber que tras el lanzamiento de Adventures in the Forgotten Realms elevó la cantidad hasta 261. Entre ellas, hay tipos concretos comunes a muchas otras fantasías como los zombies, dragones o enanos, pero también otros propios de la franquicia Magic como los Eldrazi, Fractales o Saprolines.
En resumen, las cartas de criatura son las que te darán la victoria en primera persona en múltiples ocasiones. Ya sea con sus ataques, efectos, o incluso el daño previo que han hecho y que permite una ejecución con un conjuro. Serán ellas las que hagan de punta de lanza ofensiva en la mayoría de mazos, e incluso aparecerán invocadas por otras cartas en las barajas que no tengan criaturas propiamente dichas.
Esta es una iniciativa en colaboración con Wizards of the Coast.
