En 2014 The Creative Assembly, equipo de desarrollo detrás de la serie Total War, se desmarcaba por completo de la estrategia en tiempo real para hacer algo que a nadie se le había ocurrido antes: hacer el juego definitivo de la franquicia Alien, tomando como referente la primera película de la serie en lugar de su secuela. Hay que reconocer que gracias al punto de vista de James Cameron en Aliens: El Regreso (1986) la industria del videojuego se había nutrido con un buen número de títulos de un amplio abanico de calidades. Pero nunca se había planteado tomar como referente a Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) (no, el Alien 8 de Ultimate no cuenta). El hecho de que en aquella hubiese sólo un alien y mucho espacio parecía mal argumento para un videojuego y todo parecía indicar que enfocarlo todo desde el punto de vista de los marines era poco menos que ideal. Hasta Aliens: Colonial Marines y todo el desastre que rodeó a su lanzamiento.
Para dar la vuelta a todo nació Alien: Isolation, un juego en el que tomamos el papel de la hija de Ellen Ripley en busca de pistas sobre el paradero de su madre por la galaxia 15 años después de su desaparición. En su investigación llega hasta la estación espacial Sevastopol, un lugar en el que reina el caos, con enfrentamientos entre sus habitantes, los clásicos androides de la saga y, claro está, con un único Alien haciendo que cada paso que demos puede ser el último. Que, ya avisamos, en muchos momentos lo será.
Teniendo en cuenta que hablamos de un juego que no tuvo unas ventas muy espectaculares y que fue olvidado rápidamente por el público, aprovechamos la ocasión para explicar un poco por encima qué es lo que encontramos una vez cargamos el juego.
Para empezar, Amanda Ripley no es una súper heroína capaz de matar a lo loco a un ejército de xenomorfos. Lo que hace, como hizo su madre en su primera aventura, es sobrevivir, planear y ser muy escurridiza. En principio, podemos matar a algún amotinado. Pero las armas y su munición son realmente escasas. Tendremos que calcular, andar y cuidarnos muy mucho para que no nos pillen. Concretamente, con el alien no nos queda otra cosa que hacer más que agacharnos y no hacer un miserable ruido. Si nos movemos alertaremos de nuestra presencia y eso significará una muerte inmediata.
La historia nos conduce por un entramado más trabajado de lo normal y contiene numerosos guiños a las películas (incluida Prometheus). De hecho, Alien: Isolation llega a hacer más por cohesionar este universo que la propia Prometheus o que Alien 3 y Alien: Resurrection.
Comprendida la mecánica que rige el juego, vamos definitivamente con la versión de Switch. Vivimos un momento muy peculiar en el que el hardware de Nintendo está comenzando a absorber títulos que no llegaron a ver la luz en Wii U. Son juegos third party que no encontraron su lugar en la Gran N pero que, por el carácter más gamer de Switch, pueden conseguir tener su público. Muchos son personas que no jugaron en su momento a dicho título porque no salir para una consola nintendera, otros porque quieren volver a probarlos con la suma de las cualidades especiales de la consola.
En algunos casos, la versión muestra lo mismo que todavía se puede jugar en consolas como PlayStation 4 o Xbox One, pero con algunos recortes gráficos y otros, como es el caso de Alien: Isolation, con una traslación perfecta que no desmejora ni un poco la calidad que tuvimos con dicho juego en su lanzamiento.
En este caso, al contrario que con The Witcher 3, por poner un ejemplo, tenemos un juego que se ve fenomenal tanto en la pantalla portátil como en el televisor. No tiene nada que envidiar de los mejores juegos de la propia Nintendo y, dentro de la consola se muestra con la calidad de un lanzamiento nuevo y no de uno con 5 años en la espalda. Todo lo consigue utilizando nuevas técnicas nuevas de filtrado antiliashing que dan un aspecto al juego mejor que incluso las versiones de PlayStation 4 y Xbox One.
Pero, claro está, estamos hablando de un juego muy peculiar. Se trata de un título en el que el modo portátil, por muy interesante que pueda parecer a priori, no parece el más indicado para jugar esta aventura. Se trata de un título lento, muy lento. Y esa es, precisamente, su mayor gracia. No puedes moverte a lo loco. No puedes improvisar prácticamente en ningún momento. Lo que desestima la partida rápida, el juego en autobús, ese momento en el cuarto de baño… En definitiva, todo aquello que hace especial el modo portátil de la consola. Sí que podemos hacer un uso tremendo de este modo para partidas a oscuras en la cama. Pero en el resto de momentos, es más recomendable tirar del modo televisor, que para algo se ha mejorado la fluidez del juego.
Sin embargo, como decimos, el juego es una experiencia altamente recomendable, pese a que su estructura decepcionó a los más puristas de la visión Cameron de la historia, que buscaban acción a raudales. Un acabado tan puro, arrancado de la visión Scott primigenia, con una dirección artística tan alucinante, con retazos de la banda sonora de Jerry Goldsmith y con un alien como nunca, hacen que la experiencia sea altamente recomendable.
