Después del éxito de la saga Layton, Level 5 decidió que podía alcanzar más fama y dividendos planteando nuevas aventuras del profesor y de su mundo en formatos móviles. Debido a ello tuvimos dos aventuras que, más o menos, respetaban el estilo y la calidad de los juegos originales, pero que nos permitían jugar en dispositivos Android e iOS.
El primero, Layton Brothers: Mistery Room, en el que controlábamos a una nueva investigadora, tutelada por el hijo de Hersel Layton, no consiguió pasar a Nintendo DS. Sin embargo, el segundo título “multiplataforma”, El misterioso viaje de Layton: Katrielle y la conspiración de los millonarios, sí que fue lanzado en Android, iOS y Nintendo 3DS hace ya un par de años.
Ahora, con Switch tomando el lugar que dejó la consola portátil y sin un nuevo título de la saga a la vista, Level 5 ha decidido tomar esta última aventura, retocarla lo suficiente para ofrecer algo nuevo a los fans y argumentos a los que no la probaron por lanzarse con Nintendo 3DS al final de su vida o por no ser los teléfonos, tal vez, la plataforma predilecta de los jugadores para esta saga.
Con esto último queremos dejar claro que parece consecuente que se rescate este título. Después de todo, es una serie muy querida y su lanzamiento hace dos años no fue tan celebrado como ediciones anteriores. Ahora, ¿está bien lo que encontramos una vez damos el visto bueno a su lanzamiento?
Respecto a la historia, es la misma. Tenemos a la hija de Hersel Layton, Katrielle, buscando a su padre que ha desaparecido misteriosamente. Mientras encuentra pistas, monta su propia agencia de detectives para resolver casos por la ciudad. Los dos primeros tratan sobre un perro que habla al que llaman Sherl que ha perdido la memoria y no sabe quién es y el segundo la desaparición de una de las agujas del Big Ben. Según vayamos resolviendo estos casos (el del perro nos acompañará en toda la aventura), iremos hilando para descubrir que tras todos los misterios que nos acechan en Misterio hay una conspiración de las 7 personas más ricas de la ciudad. De ahí el título.
Tanto la historia, como los personajes secundarios, resultan un poco más infantiles que lo que encontrábamos en las dos trilogías originales de Layton, sobre todo en la segunda de ellas. El punto que le da al juego Katrielle es más naif, más simple y hay veces que se echa en menos la épica que Level 5 consiguió meter en las aventuras del bueno de Hersel. Sin embargo, la calidad de las cinemáticas y de la parte más narrativa visualmente, está muy conseguida como siempre. Y aquí hay que empezar a incidir en la importancia de este paso ahora que jugamos con una Switch y no con una consola portátil.
La calidad con la que podemos ver estas cinemáticas en un televisor, o en la propia pantalla de la consola, es muy elevada. Era una lástima que durante tantos años tuviésemos animación tan refinada delante de nuestros ojos y nos llegase a través de una pantalla de tan baja resolución. Ahora, sin lugar a dudas, disfrutaremos del juego con una calidad superior, a la que sólo se podía acceder en las versiones HD de móvil usando una conexión espejo. De hecho, superando esta experiencia que describimos.
Por otro lado, Switch trae cosas buenas y no tan buenas. La saga Layton se edificó sobre una distribución vertical de los elementos. En una pantalla teníamos información sobre los puzles y en la otra, la inferior, los elementos sobre los que podíamos interactuar para resolver. Evidentemente, Switch tiene que cambiar la disposición de los elementos. Ahora todo es horizontal, lo que hace que no podamos jugar aprovechando al cien por cien la pantalla en los puzles, ni el televisor, ni en el modo portátil. Lo que tenemos es una nueva disposición de los elementos que no cubre el total del espacio, por lo que ganamos en tamaño al verlo en un televisor, pero no tanto si lo hacemos en portátil. El puzle se ve pequeño y no ganamos mucho.
Además, el control de los puzles ha tenido que ser rediseñado para permitir que sea perfectamente compatible con las dos funcionalidades de la consola. Podemos jugar de una forma táctil, más natural para este tipo de juegos, pero también con los joycon, mucho más pesados.