La sensación de poder controlar un juego de manera muy precisa y exacta siempre ha sido satisfactorio. El gunplay de Doom, la conducción de Forza Horizon o el sistema de combate de Sekiro son ejemplos de mecánicas perfectas en los videojuegos y son muy pocas las obras que son capaces de transmitir este tipo de características y tener a una gran mayoría de personas de acuerdo. Pues bien, hoy vengo a hablaros de un juego indie que, a mi parecer, ha pulido hasta la perfección la sensación de manejar un skate: Olli Olli World.
El tercer título de la saga desarrollada por roll7 llega a todas las plataformas con un mensaje claro: Ser uno de los mejores indies del año. Por que sí, Olli Olli World engloba lo que todo skater moderno ama a través de una obra que rebosa de personalidad y estructura. A través de cinco mundos tremendamente originales y coloridos viviremos una de las experiencias más amenas de un año repleto de gigantes Triple AAA. El Gnarvana te espera en la punta de la cima.
Un viaje muy hipster con mecánicas simples pero pulidas
La sinopsis es bastante fácil de entender y su trama es bastante simple pero divertida: Somos un skater con una misión clara, llegar a ser el mejor del mundo y alcanzar un grado de paz y sabiduría que nos eleve al cielo bajo el nombre de "Gnarvana". Si, suena bastante Hipster y pretencioso, pero el juego quiere que sea así y por eso mola tanto. Ya desde los primeros niveles, que será dónde aprendamos los principales movimientos y trucos, verás que las mecánicas no son difíciles (Joystick izquierdo para realizar lo más importante) y son medianamente simples, pero no necesita más.
Estas mecánicas están tan pulidas y se sentirán tan bien con el mando que no querrás que te añadan muchas más tonterías, ya que solo querrás sentir la satisfacción de realizar un grind bien hecho o ganar una serie de puntos de un solo salto Además, el juego te incita mucho más a que explores y veas todo el mundo que rodea la pista para que puedas descubrir los pequeños secretos que encierra cada nivel. Al principio apenas habrá pero conforme vayas avanzando por los diferentes mundos te darás cuenta que resultan ser lugares con muchas opciones a las que ir y detalles que encontrar para hacernos con el 100% del juego.
Personalidad propia en cada uno de sus niveles
Todos y cada uno de los niveles que nos encontremos a lo largo de nuestro viaje al Gnarvana derrochan carisma por si solos. Los fondos, detalles, caminos por recorrer y secretos hacen que cada uno de ellos sean una gran explosión de sensaciones en la que veremos cosas cada vez más locas, conociendo personajes ilustres y con muchísima personalidad. Cada uno de ellos tendrá una especie de sub-trama que iremos sabiendo poco a poco a lo largo de todo el juego, que si bien no es muy importante siempre es divertido saber que es lo que ocurre con ellos.
Si en las anteriores entregas predominaba la monotonía de un solo mundo, la ciudad, Roll7 hace un cambio por completo con un juego lleno de vida en la que no pararemos de fascinarnos por todo lo relacionado con el arte del juego. Cada personaje es único, con sus diferentes características y niveles que algunas veces están destinados para ellos. A su vez, los fondos de cada mundo son un total muro de ideas de los artistas del juego, provocando incluso que de vez en cuando perdamos el nivel por estar atentos a un detalle del fondo que nos haya hecho especial gracia.
El apartado sonoro es todo lo que necesitas para pasarlo bien
Algo que me ha encantado desde que empecé a jugar a Olli Olli World fue sobre todo el apartado sonoro. Hablando primeramente de los efectos de sonido, no puedo quitarme de la cabeza el sonido al hacer un grind en una barandilla de metal o de madera, al igual que cuando hago un wallride y aterrizo a la perfección. Puede parecer una tontería, pero que el sonido sea tan calmante al igual que si fuese un vídeo de ASMR hace que no quieras parar de jugar ya que recibirás este tipo de estimulaciones tan satisfactoria.
Algo parecido ocurre con la música y su banda sonora; el Lo-Fi y el Hip-Hop más funky y chill se apodera de nosotros una vez abrimos el juego, provocando en nosotros una sensación de relax absoluta y un manera de escapar de nuestra realidad. Junto al apartado gráfico tan único y psicodélico del juego, nuestro paso por los mundos siempre vendrán acompañados con una pequeña sonrisa y calma, que junto al atrevimiento y pequeño caos que puede haber en algunos niveles crean una combinación de sensaciones más que sobresaliente.
El pique sano del multijugador y su excelente rejugabilidad
Por último me gustaría hablar del multijugador, que si bien no es lo más destacable sí que es muy divertido si lo jugamos con colegas. Cada día habrá una serie de desafíos que superar y si superamos marcas iremos subiendo en el ladder de dicho nivel. El late game del juego estará centrado en eso y en la creación procedural de todos los mapas que te vengan en gana, por lo que el juego no conoce límites cuando hablamos de diversión y rejugabilidad
Habrá que ver como se desarrolla el juego desde su salida, pero estamos seguros de que el éxito lo tiene asegurado y nos atrevemos a decir que algún que otro premio se llevarán a lo largo de este año. Montar en monopatín nunca fue tan divertido y Olli Olli World te recuerda lo bonito de este deporte: Pasarlo pipa con los colegas.
