Normalmente, los medios podemos acceder a entrevistas con los estudios antes de que publiquen sus juegos. Aunque suelen tener sus discursos muy medidos, y no es habitual que se salgan del guion establecido. Pero, en el caso de haber podido hablar con los responsables de Alpaca Ball: Allstars me hubiera gustado preguntarles cómo nació el proyecto. Porque tiene toda la pinta de haber surgido de una noche de borrachera, de esas en las que sale el típico: "¿A que no hay huevos de hacer un juego de fútbol con alpacas?" de manual.
Ojalá poder hablar pronto con Salt Castle Studio, responsables del juego, para que nos cuenten de dónde surgió todo esto. Mientras tanto, hemos podido echar unas cuántas partidas a este Alpaca Ball: Allstars, que está disponible para PS4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Cada vez hay más títulos surrealistas que copan el mercado y que pueden resultar ideales en reuniones de amigos y familiares, para echar unas partidas sin tener que salir de casa y pasar un buen rato. Untitled Goose Game, Gang Beasts o Party Animals son otros juegos del corte que han triunfado recientemente y que merecen un vistazo.
Podemos decir que este disparatado clásico entre alpacas tiene cierta inspiración en Rocket League. El juego que demostró que cualquier elemento que se parezca al fútbol va a triunfar. Ya sea con vehículos, como en el juego de Psyonix o incluso en forma de minijuego en Fall Guys. ¿Por qué no con alpacas? Es uno de esos animales que es gracioso de por sí, que genera empatía y desconfianza al mismo tiempo. Y al que tendremos que encarnar en este título en el que lo que menos importa es ganar.
No esperéis una obra maestra. Aunque si lo esperabais de un juego de alpacas, lamentamos deciros que tenéis un problema. Es un juego desenfadado y sin muchas pretensiones. No pretende ser preciso, sino más bien todo lo contrario.
El control de la alpaca es torpe y confuso, y apenas tenemos dos o tres movimientos a nuestra disposición, que básicamente se resumen a dar cabezazos a la pelota sin poder precisar prácticamente la dirección de la pelota. Eso hará que veamos encuentros con numerosos goles en propia puerta debido a lo impreciso que resulta todo, pero es donde está la gracia. Es precisamente en el factor imprevisible donde radica su esencia, ya que así consigue ser incluso más surrealista de lo que vemos en portada.
Si a la torpeza de las alpacas le sumamos que las dimensiones de las canchas son muy reducidas, que no hay fueras y que el rebote de la pelota en las paredes puede ser determinante para que se formen auténticas melés entre estos animales, el caos se desata maravillosamente. Tampoco hay faltas, por lo que podremos lanzarnos a por nuestros rivales para entorpecer su camino y dejarlos aturdido unos instantes.
Alpaca Ball: All Stars permite partidos de hasta 8 personas en local. Dos equipos de cuatro alpacas que pueblan en exceso el terreno de juego, dando poco lugar a que el juego fluye. Una auténtica guerra en la que es difícil saber lo que se está haciendo, y es ahí donde el juego pierde algún que otro entero. El factor imprevisible está bien con cierto control, pero aquí no lo hay.
A los partidos también hay que sumarle varios factores que aumentan el descontrol. No solo habrá pelotas de fútbol en los partidos, sino que también veremos de rugby, tenis o incluso pastillas de hockey sobre hielo. Un auténtico follón que no vas a saber ni dónde te has metido. También tendremos algunos power-ups especiales que aparecen temporalmente durante el encuentro, y con el que podemos hacer un lanzamiento teledirigido o encoger el tamaño de nuestros rivales durante unos segundos, entre otras lindeces que añaden surrealismo al juego.
Por si esto fuera poco y os apetece jugar en solitario, Alpaca Ball: AllStars cuenta también con un Modo Historia que se puede jugar en cooperativo, que puede servir como entrenamiento. Y no solo eso, tiene un trama de lo más descarriada, con algún que otro giro de guion en el que nos hablan de los terrenos expropiados en el mundo de las alpacas. Todo un mindblown que sirve para darle cierto atractivo, pero lo realmente divertido de esta propuesta es jugarla en compañía.
Alpaca Ball: AllStars tiene el evidente objetivo de hacernos reír. Y vaya si lo consigue. Tanto sus diálogos del modo historia como, sobre todo, sus partidos de hasta 4vs4 bichos peleándose por meter más goles que el rival, haciendo lo que sea necesario para conseguirlo, harán que escupamos la bebida. O casi. Si bien le puede penalizar que, al no tener la intención de ser una obra demasiado elaborada. Es un juego hecho con modestia y un tanto de dejadez. Pero, en este caso es normal, sus creadores saben lo que se tienen entre manos y hasta dónde puede llegar una propuesta de estas características. Ser ambiciosos con un juego de alpacas sería tan absurdo como el propio contexto.
Por cierto, mención especial a la banda sonora del juego, que a ritmo de tremendos cumbiotes nos pone en situación para cada partido.