Hace tres años que Activision comprobó aquello de “no está muerto lo que yace eternamente” y demostró que Crash estaba muy vivo y coleando. El remake de las tres primeras entregas de la saga era poco más que un aperitivo para todos los fans del marsupial (y los nuevos navegantes) y el plato fuerte lo estaban preparando a fuego lento. Ha pasado el tiempo, pero todo sigue igual que antes gracias a los chicos de Toys for Bob con este Crash Bandicoot 4: It’s About Time!
Historia: Baile de máscaras
Digamos que Crash Bandicoot nunca ha tenido una historia de palomitas y manta. Más bien ha sido una simple excusa para ir nivel tras nivel avanzando con un objetivo. En esta ocasión, aunque nuestros archienemigos estaban desterrados, encuentran la manera una vez más de alterar el espacio y tiempo y deciden volver a dar por saco para dominar el mundo. Crash y Coco no van a quedarse de brazos cruzados y se ponen en marcha. La misión principal es lograr reunir todas las máscaras de poder antes de que lo hagan los malvados Neo Cortex, Dr. N. Tropy y compañía.
Una vez avancemos por el juego, encontraremos las máscaras en cuestión que nos otorgaran nuevos poderes nunca antes vistos en la saga. Desde el control del tiempo, mayor potencia de espiral y alternar entre dos realidades. Estarán disponibles en momentos puntuales de los niveles y harán que aumente la variedad de retos, dándole un aire fresco a unos niveles cada vez más largos.
Caras viejas y caras nuevas comienzan a desfilar según desbloqueamos niveles e historia. Crash y Coco serán personajes seleccionables al gusto casi desde el principio. No queremos hacer muchos spoilers, pero es muy agradable encontrar personajes con habilidades especiales propias que le dan otro nivel de dificultad distinto al juego y nos permite “respirar” de Crash.
Jugabilidad: No sólo de habilidad vive el marsupial
Quien diga que Crash Bandicoot es un juego fácil o “de niños”, no puede estar más equivocado. Que la cara de simpaticón despistado e irreverente del marsupial no os haga confiaros: este plataformas puede sacar lo peor de ti mismo.
Los niveles están creados en una sintonía in crescendo de dificultad, siendo algunos verdaderos retos incluso para los más hábiles con los mandos. Numerosas dinámicas se dan cita en este juego que mezcla saltos, rompecabezas, distintos vehículos y, por supuesto, más nitro y TNT del que nos gustaría.
Además, lo viejo y lo nuevo se mezclan a la perfección. No sólo tendremos la historia habitual de salvar al mundo, también podremos recopilar por los niveles cintas de VHS de Neo Cortex. Al salir al selector de menús, podremos optar por ir al “reproductor” y jugar niveles especiales en 2D para aumentar aún más si cabe el reto.
Otra novedad es que, al encontrarnos con nuevos personajes, desbloquearemos niveles en islas anteriores que nos contarán cómo se ha cruzado su historia con la nuestra. Esto nos llevará a entender mucho mejor algunos momentos que ya hemos vivido… y tocará repetirlos quizás desde otra perspectiva. Sencillamente genial y divertido cómo han jugado con el guión para hacer de algo simple, algo realmente entretenido.
Cabe destacar, para los que os llevasteis un chasco en el anterior juego de Crash, que por fin vuelven a tener sentido los saltos, no como ocurrió en Crash Bandicoot N. Sane Trilogy. Esta vez cuando saltas, la caída es bastante certera como en el original y no te lleva a morir mil veces. Si bien es cierto que en Crash la sensibilidad del marsupial ha sido parte de la diversión, los joysticks del mando pueden jugarte una mala pasada en cualquier momento.
Sin embargo, debemos subrayar que la verdadera dificultad de Crash Brandicoot no son ni los jefes, que son bastante simplones, ni los niveles enrevesados que pueden atragantarse a veces. No. Lo más difícil de Crash es y será completar los niveles al 100%.
En cada nivel podremos ganar una serie de gemas como es habitual: destruir el total de cajas, encontrar la gema oculta, coger fruta wumpa, completar el nivel y… no morir más de 3 veces. En los primeros no hay mayor dificultad, pero según avanzamos se hace una tarea realmente complicada lograr el 100% de los objetivos. Esto genera una sensación de desesperación que nos hará tirar el mando en más de una ocasión.
No es que queramos todo al 100%, que también, es que en este nuevo Crash las gemas son más importantes que nunca. Podremos desbloquear aspectos divertidísimos para Crash y Coco. Sin duda, merece la pena el esfuerzo. Nuestro favorito es, por encima de muchos, el aspecto de jugador de esports con sus headset incluidos.
Modos de juego: Tu Crash a tu medida
Otra de las novedades, son los modos de juego. Podremos elegir entre Multijugador, Cooperativo y Competitivo. Además podremos alternar entre el modo clásico en el que Crash tenía límite de vidas y el modo actual en el que las vidas son infinitas. El modo cooperativo es bastante sencillo. Se trata de configurar al gusto el pasar el mando. Ya sea por muerte, o por checkpoint, en la pantalla te dirá a quién le toca manejar al personaje. En cuanto a los otros modos, son mapas simples en los que podremos echarnos unas risas viendo quién consigue mayor puntuación.
Sinceramente, aunque se agradece esta innovación, nos ha dejado bastante fríos. Se podrían haber explorado más vías en estos modos, sobre todo el cooperativo. Pero, aún así, también llega a ese punto nostálgico para los que hemos jugado a Crash con amigos o hermanos, pasándonos el mando como buenos samaritanos.
Gráficos y sonido: Tan real como lo imaginábamos
Sin duda, el lavado de píxeles de la mano de Toys for Bob, le ha sentado de maravilla a Crash. El trabajo del equipo de desarrollo por actualizar a los personajes sin caer en cambios llamativos es genial. Nos encontramos ante escenarios llenos de color y profundidad, a los que no les falta detalle.
Una vez más, podremos encontrar chistes pintados en las paredes, pistas o sitios secretos. A veces será complicado aceptar que la pared que tenemos delante no esconde mayor secreto que el mimo de los creadores y una aplicación de luces y sombras genial para un juego de plataformas.
Los efectos de sonido ponen la piel de gallina. Hay demasiados recuerdos de bocadillos de nocilla y Memory Cards en ese sonido de tambores al coger a Aku Aku, mucha nostalgia en el sonido de la espiral de Crash. Es un viaje sensorial al pasado, siendo muy presente.
