Nadie necesitaba otro battle royale, para qué nos vamos a engañar. Desde que PUBG y Fortnite se establecieron como dos de los videojuegos más reclamados por el público, no han sido pocas las compañías que han intentado replicar las fórmulas de los mismos combinando sus características para parir nuevas obras que lucieran de forma semejante, pero con ingredientes de cosecha propia para crear nuevas comunidades alrededor del género battle royale. El más reciente que hemos tenido, y que lo ha petado hasta límites que pocos esperábamos, ha sido Call of Duty: Warzone, que nace a raíz de ese PUBG pero se estructura bajo los parámetros establecidos por el multijugador de la franquicia de CoD para servir como un nuevo producto vestido con las prendas de ese modo BR.
Ubisoft, compañía que probablemente conoceréis de sobras por ser los responsables de la saga de Assassin’s Creed, Far Cry o Watch Dogs, se ha atrevido a meterse de lleno en el territorio de los juegos multijugador con Hyper Scape, un battle royale futurista que, aunque no llegue precisamente en el mejor de los momentos (por la cantidad de competencia que hay con respecto a dicho género y la calidad que emanan la mayoría), ha conseguido realizar un cóctel lo suficientemente atractivo como para dar forma a una nueva comunidad y hacerse un hueco entre tanto título con el que comparte género. No es que reinvente absolutamente nada, pero las pautas que establece son originales y procura pisar fuerte en cada paso que da en su first person shooter.
Así pues, grosso modo, lo que vamos a encontrar en Hyper Scape ya lo hemos visto en infinidad de ocasiones: se nos suelta en un mapa totalmente desarmados y debemos encontrar armas para poder sobrevivir. Además de eso, también debemos hacernos con habilidades, que aquí se conocen como Hacks, para que nuestro personaje posea no solamente armas físicas, sino también poderes (como veríamos en cualquier otro hero shooter, a pesar de que pueden equivaler a las habilidades de clase que seleccionamos en Warzone) para defenderse o atacar, eso ya depende de la situación y lo que recojamos del suelo.
De modo, que Hyper Scape, al contrario que por ejemplo Apex Legends, permite que cada jugador pueda disponer de diversas habilidades a medida que avanza la partida y no solo esté limitado a lo que le permite realizar su héroe o campeón. Un pequeño gesto que hace que las partidas de Hyper Scape sean como una montaña rusa, puesto que dependiendo de la situación podemos recoger las habilidades que mejor nos convengan y hacer que el ritmo de juego se vuelva muy frenético. Pero es que ya de por sí, dejando a un lado ese dinamismo de interacción constante con el entorno y el escenario, Hyper Scape es muy, pero que muy, frenético.
Normalmente, los battle royale suelen tener un ritmo bastante pausado (si dejamos de lado que en Warzone se nos permite correr de un lado a otro como enfermos si no paramos de comprar UAV en la tienda para conocer la ubicación exacta de los enemigos e ir a por ellos sin pensarlo demasiado), porque teniendo en cuenta que son modos de una sola vida (por norma general) y que no disponemos de reapariciones ilimitadas como en cualquier videojuegos multijugador, los usuarios suelen ir con un poco más de cuidado y se lo piensan dos veces antes de realizar enfrentamientos innecesarios con otros jugadores. Pero eso en Hyper Scape no es así, pero ni de lejos.
En el battle royale de Ubisoft el gunplay parece extraído de Doom o de cualquier shooter de los 90, es decir; es extremadamente rápido y las balas no paran de llover constantemente sobre nosotros y sobre el enemigo. Y es más, los tiroteos no son siempre horizontales, sino que también exploran la verticalidad gracias a la increíble agilidad que poseen nuestros personajes para escalar y realizar saltos imposibles de decenas de metros. Enfrentarse con otro jugador, o jugadores, en Hyper Scape no es como hacerlo en un Call of Duty o PUBG o Apex Legends (a Fortnite le damos el pase por las construcciones que se pueden realizar, que también rompen mucho con el estilo de tiroteo estándar), aquí cuando nos disparamos con alguien la pelea se vuelve un verdadero caos.
Se realizan saltos hacia los tejados de los edificios, se construyen muros gigantes para bloquear al enemigo, sacamos armaduras que nos hacen inmortales, nos podemos curar, podemos convertirnos en balones para escapar rápidamente o podemos dar golpetazos en el suelo a lo Hulk para ser más agresivos. Todo eso, sin procurar no perder de vista a los enemigos para poder restarles toda la vida y acabar con ellos. La velocidad de juego y perfecto gunplay que presenta Hyper Scape hacen que sea el battle royale más exigente en cuanto a reflejos que jamás hemos jugado. Como se diría por allí: si parpadeas te lo pierdes.
Empero, ese frenetismo a veces se ve reducido por un time to kill demasiado elevado. Las balas que necesitamos para acabar con los enemigos son demasiadas y en muchas ocasiones eso provoca que los tiroteos se conviertan en duelos interminables.
Es en sí un BR que de adapta mucho a las modas actuales y busca un target muy joven que esté fuertemente conectado con las redes sociales e internet. Lo cual hace que sea relativamente sencillo acceder a él, porque aunque muestre escenarios y entornos futuristas se puede palpar la conectividad que tiene con el mundo actual y las corrientes que más predominan a día de hoy.
En otro orden de cosas, Hyper Scape también busca diferenciarse del resto de su competencia al no obligar a los jugadores a tener que matar a todos los enemigos para conseguir la victoria. Igual que en el actual Fall Guys, los usuarios pueden conseguir una corona que aparece al final de la partida, y se convierten en un John Wick andante para el resto de jugadores (es decir, que todos los jugadores tienen marcado en pantalla al jugador que posee la corona y deben matarlo para aspirar a la victoria) que deben sostener durante casi un minuto para alzarse con el puesto número uno de la partida. Es bastante original porque, realmente, el abanico mucho más para los jugadores que tengan estilos de juego menos agresivos y no tengan tanta precisión como profesionales o creadores de contenido, lo cual también repercute en que, al conseguir victorias más fácilmente, se quiera jugar más a la obra.