Los jugadores de PC hemos tenido que resignarnos durante años a no poder disfrutar de ciertos títulos. Horizon: Zero Dawn era uno más de esos juegos que, en caso de haber elegido el ordenador y no contar con el presupuesto necesario para añadir también una PS4 a nuestro arsenal, solo podíamos ver desde la distancia mientras imaginábamos cómo sería recorrer llanuras o afrontar el desafío de dominar a las bestias metálicas que pueblan el juego.
Sin embargo, algo está cambiando en el mercado. El PC cuenta con una base de jugadores cada vez más extendida y problemas como las copias ilegales parecen, afortunadamente, haber pasado a mejor vida. Hace apenas unos meses pudimos celebrar la llegada de algunos históricos de Microsoft y, aunque con Sony todavía no podemos cantar victoria, tenemos esperanza gracias a este Horizon: Zero Dawn.
Horizon: Zero Dawn, un port inconformista
La discusión entre usuarios de consolas y PC es un tanto absurda. Está claro que cada plataforma tiene sus particularidades positivas y negativas, pero una batalla que de momento tienen perdida las diferentes versiones de PS4 o Xbox es el duelo de potencia bruta contra un ordenador. El tiempo transcurrido desde los lanzamientos y la obligatoriedad de Sony y Microsoft para ajustarse al precio hacen que, simplemente, no puedan competir en este sentido.
Es normal, por lo tanto, que con el paso de los años el potencial de una tarjeta gráfica de gama alta o de un procesador con overclock le termine por sentar fenomenal a un videojuego. Sin embargo, en Horizon: Zero Dawn no todo parece deberse a los componentes con los que podamos contar en nuestras máquinas.
Guerrilla, responsable del desarrollo del título, no se ha conformado con hacer un port mediocre con el que anotarse el tanto de lanzar Horizon: Zero Dawn en PC. En primer lugar, tomaron una de las decisiones más inteligentes: unirse con Virtuos. Es probable que esta última empresa no nos suene en primera instancia, pero es uno de los actores secundarios más importantes de la industria.
Los usuarios de Nintendo Switch le deben a Virtuos los excelentes ports de Bioshock: Collection, The Outer Worlds o Dark Souls: Remastered. Si fueron capaces de plantar esas maravillas en la consola más limitada técnicamente de la actual generación, solo hay que pensar en que no podrían de lograr a la hora de contar con una máquina que funciona a base de fuerza bruta.
Una versión mejorada
Efectivamente y como podíamos intuir, Horizon: Zero Dawn funciona a las mil maravillas en PC. No hemos tenido problemas para mantener el juego en máxima calidad gráfica y ofreciendo siempre 60 fotogramas por segundo en una torre cuyos componentes destacados son una Nvidia GeForce RTX 2070 y un Ryzen 7 2700X. Todo hay que decirlo, a una resolución de 1920p.
Los únicos problemas que encontramos durante nuestra partida se produjeron en las zonas de mayor carga gráfica de todo el mundo de Horizon: Zero Dawn. Que la tasa de cuadros por segundo baje siempre preocupa a los jugadores de PC, pero incluso en los momentos más exigentes podemos darle un aprobado condicionado por mantenerse en todo momento por encima de los 45 FPS y ascendiendo de forma inmediata en cuanto nos alejábamos de las zonas con más texturas o partículas. En cualquier caso, esto puede ser uno de los factores más limitantes para los jugadores que van más justos a la hora de mover el título o que juegan a resoluciones más altas, pero un parche de día uno de un peso aproximado de 35GB debería solucionar este y otros fallos puntuales.
Otra de las sorpresas agradables es la reducción de los larguísimos tiempos de carga. Sin haber podido probar el título en un disco duro SSD con el que seguro que podremos disfrutarlo en PS5, si hemos constatado que los momentos de impás duran mucho menos y se tornan en algo relativamente agradable y sencillo de aceptar.
Sobre el potencial gráfico del juego ya se dijeron todo tipo de maravillas en su día. En la línea general de lo que es este port de Horizon: Zero Dawn a PC, tampoco podemos ponerle ni una pega. Aunque hoy en día hay algunos títulos capaces de lucir mejor en cuanto a la definición, la combinación de la potencia bruta con el apartado artístico y la distancia de dibujado solo mejoran un aspecto del título que ya era increíble en pleno 2017.
Solo algunas animaciones tras caer en combate requerirían también de una mejora. Este problema viene arrastrándose también de la versión de PS4 y parece no estar completamente pulido, aunque son completamente olvidables y se compensan con los cambios artísticos a la vegetación o los reflejos, haciendo la experiencia mucho más inmersiva mientras nos mantenemos con vida.
El juego de siempre
Horizon: Zero Dawn es, en definitiva, el juego de siempre con retoques visuales y su potencial desatado. Sigue habiendo, entre otras cosas, errores en la inteligencia artificial de los humanos. Los elementos que lastraron esta primera experiencia de mundo abierto de guerrilla están tan presentes como en el título original. Sin embargo, son igual de fáciles de pasar por alto en favor de una trama con posibilidades infinitas y que no acaba de perder ritmo en ningún momento.
Las misiones principales ganan fuerza gracias a una trama potente, buena parte de las secundarias son capaces de cautivarnos y los recados o pruebas parecen estar ahí para completar la lista de tareas. Se nos ofrecen alternativas jugables con las que podemos hacer que la historia se prolongue durante más de 45 horas si tenemos en cuenta la inclusión del DLC Frozen Wilds.
Hay una cierta falta de variedad en las armas, pero se compensa con las diferentes formas de utilizarlas, los elementos RPG que nutren el combate y nuestra relación con el entorno. La ingente cantidad de facetas que refuerzan el título son capaces de hacer, en resumen, que pasemos por alto esos detalles que ensombrecen el Horizon: Zero Dawn.