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Análisis de Snowrunner para PS4, Xbox One y PC

Análisis de Snowrunner para PS4, Xbox One y PC

A pesar de no poder salir, hoy nos toca dar una vuelta por paisajes remotos, carreteras embarradas y heladas llanuras. Y todo con una sola meta en la cabeza, encontrar los mejores bares de carretera.

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Durante el pasado mes de abril pudimos disfrutar de Uncharted 4 gratis en PS Plus, por lo que hemos podido revivir la última aventura de Nathan Drake. Una aventura en la que, como siempre, el aspirante a Indiana Jones cae despeñado más que anda y en la que podíamos conducir un todoterreno por las praderas de Madagascar. Momento en el que los menos duchos en las artes móviles veíamos las maravillas de un cabrestante y por qué el aventurero insistía en adquirir uno. Snowrunner viene a apuntalar esa creencia, a cimentar las bases de la religión cabrestantiana -nombre provisional-.

La secuela de Mudrunner, un simulador de conducción de camiones y camionetas, viene con mucho contenido añadido y nuevos desafíos, como su nombre indica Snowrunner nos lleva a Alaska, un territorio donde solo hay nieve. Eso sí, que no se asusten los fans del barro que esa parte sigue igual, los pantanos de Míchigan siguen en el mismo sitio esperando que nos demos una vuelta. Desarrollado por Saber Interactive y publicado por Focus Home Interactive, ha llegado a las plataformas de PS4, Xbox One y PC, a través Epic Games Store.

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Bellos parajes

Vamos a empezar por un aspecto que no sería el más importante dentro de un juego de simulación, pero que sí sería uno de los más relevantes. Concretamente nosotros lo catalogamos como el segundo más importante: los gráficos, los paisajes, aquello que vamos a estar viendo todo el rato en las decenas de horas que le echemos a Snowrunner. Es un título que nos deja paisajes sorprendentes y que además lo sabe. Se nota porque nos dejan encargos específicos para descubrir zonas altas o sitios estratégicos desde los que se ven zonas amplias y que son un verdadero regalo para la vista. Además los mapas, aparte de una variedad amplia de zonas, también son de tamaño variable y rara vez resultan monótonos, quitando el hecho de que son carreteras y pasos de montaña o paramos helados y es inevitable que algo así se repita.

Sus entornos 3D son muy bonitos, pero además están muy detallados. El agua, las plantas, flores, árboles, todo se ve muy realista. Incluidos los camiones y remolques, incluyendo por supuesto a las interacciones de estos con el entorno. Por lo que acabamos hasta arriba de barro cuando nos adentramos en un pantano o hasta arriba de nieve, en el caso opuesto, como un supermodelo cualquiera. Snowrunner nos deja unos paisajes preciosos pero además sabe hacerlo de manera realista y sin repetirse demasiado.

Conducción realista

El aspecto más importante dentro de un simulador es la mecánica, la jugabilidad que nos haga creer que somos ese camionero que se pasa la vida en la cabina yendo de un sitio a otro y que se conoce mejor la carretera secundaria de turno que el pasillo que conduce de sofá a la nevera. En este aspecto es donde se puede caer en la crítica más fácilmente, es un juego de nicho, osea un juego que es más específico para una pequeña parte de la población. No es un juego de fútbol o un shooter estándar, ni siquiera un rol sencillito de mundo abierto sobre asesinos que haga a todo el mundo creerse un gamer de derecho. Snowrunner es un juego para los que les gusta los juegos de conducción pero no los de carreras, los que en cualquier juego que haya coches usables se pasan más tiempo recorriendose el mapa que andando. Aquí no hay piernas, solo para darle al acelerador o al freno, hasta para ir al baño vas en camión.

Esto hace de Snowrunner un título en el que la conducción lo es todo, por ello hay que reconocer que está muy lograda en cuanto a lo que manejamos, no es un deportivo, no es un utilitario, es un camión con carga que pesa toneladas y que por tanto es difícil de maniobrar, mucho más en terreno difícil. Por ello la clave está en la paciencia, que aparte de ser la madre de la ciencia, también nos salvará de tener que empezar todo de cero. Aunque dado el sistema de rescate y reparación no estaremos nunca a cero, si no más bien que cada metro ganado cuenta. Porque otra cosa no, pero salvo los camiones y sus mejoras el resto corre por cuenta de la casa. La gasolina, las reparaciones, que una grúa saque tu vehículo del fango y lo lleve a tu taller por arte de magia no tiene coste alguno. Esto hace que nos podamos centrar en lo importante, conducir, pero le quita toda una dimensión de realismo y gestión que podría haber abierto puertas a otros formatos menos exigentes con el jugador en la conducción pero más profundos en otros sentidos.

Dicho esto, Snowrunner nos sigue dando muchas opciones de mejora para los camiones, además de muchísimos vehículos que iremos desbloqueando por dinero o sueltos por el campo -esperando que los encontremos y se lo "robemos" a alguien-. Cada zona tendrá sus vehículos y sus mejoras predilectas, pues no hace falta lo mismo en una pantanosa, en una nevada o en una carretera normal. Lo que está claro es que la exploración es un aspecto fundamental en el título de Saber Interactive, no solo porque nos dará acceso a lo dicho anteriormente si no porque descubriremos los caminos para conocer las mejores rutas y nuevos encargos que nos darán dinero y experiencia para seguir ampliando nuestro garaje. Está exploración se basa en la archiconocidas y recicladas torres de observación, una idea un tanto desgastada ya y que casa del todo con la idea de un camionero con acceso a teléfono y wifi.

Pero en si, ¿que podemos hacer en Snowrunner? Tenemos encargos principales que nos darán excusas para avanzar en el juego, aunque sin una historia definida. Y otros encargos secundarios que desbloquearan rutas alternativas, generalmente menos dificultosas que los caminos secundarios. Además de ser tareas algo menos rutinarias y que ayudan a que no sea un título monótono. El efecto es el deseado pues hay encargos que, como dijimos al inicio, nos llevarán a sitios espectaculares visualmente. Siendo este un efecto "placebo" que no quita el mal mayor, el título consiste en llevar cosas de un sitio a otro con grandes dificultades y tiene poco más donde rascar.

Escuadrón camionil

Lo bueno que tiene Snowrunner es que se puede jugar con hasta 4 jugadores en modo cooperativo. Todo el mundo sabe que en compañía de amigos un viaje se hace más liviano y está puede ser una buena excusa para charlar durante unas horas de vicio ligeras con nocturnidad y alevosía. Con el añadido de que es fácil tener una excusa para meterse con el colega de siempre. Pero no solo para eso, para los que se lo tomen más en serio, la cantidad de mejoras de los camiones hacen que podamos llevar un convoy de apoyo para la carga, para que supere zonas más fácilmente o realizar una labor de recuperación y rescate por si han fallado los frenos y nos hemos salido del camino.

Snowrunner también se añadirá al formato de contenido descargable con un Season Pass durante un tiempo le añadirá hasta cuatro zonas nuevas con más misiones y encargos. Ya de por si tiene tres zonas diferenciadas en composición y dificultades, por tanto la variedad de horas de juego y desafíos ya es muy grande. Pero el hecho de que al final haya más zonas de "DLC" que del juego base hace que nos tengamos que empezar a replantear seriamente nuestras prioridades.

Con el apartado técnico hemos tenido dos problemas, el primero ha sido la cámara. Una cámara que en tercera persona puede ser un peligro para la conducción porque enfoca más al camión que a la carretera y se mueve de maneras extrañas. A cualquiera que haya jugado a Dark Souls estos problemas camariles le sonará. El segundo problema de Snowrunner en su apartado técnico ha sido la desaparición de camiones de la faz de la tierra. En un momento dado al abandonar el juego y volver al entrar al día siguiente nuestra primera camioneta, recién mejorada para más inri, no se encontraba por ninguna parte. Los bugs molestos se suelen arreglar rápido, por ello no le damos más importancia que la de la frustración momentánea y poco más.

75

Snowrunner es un juego de nicho, se nota por la importancia que le da a los camiones por encima de todo. Por su conducción, mejoras, la dificultad de sus desafíos que requieren de muchos más conocimientos de los que se dan al inicio y sobre todo por la falta de gestión de los camiones y su mantenimiento. Esto no le quita mérito a los conseguido que está la conducción, siendo esta de sensación pesada por las características de los vehículos, y a los paisajes que son para soltar el mando y disfrutar unos segundos. Es un juego que llega a ser frustrante para aquel que no sienta pasión por estos temas y que reniega tanto del realismo de muchos de sus aspectos como se reafirma en muchos otros.

Paisajes espectaculares.
Cooperativo de hasta 4 jugadores.
Una conducción muy realista.
Juego de nicho, de gran frustración para el que no disfrute del formato.
Nulo sistema de gestión, por lo que se incrementa la intensidad de los desafíos acrecentando esa frustración.
Una cámara que provoca más accidentes que el alcohol.
Comentario
Ángel Almansa

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