En un juego con tantas opciones como Valheim, saber exactamente qué hacer, qué construir, qué recoger y qué almacenar es una gran ventaja tanto en tiempo como en eficiencia. Los dientes de león y los cardos entran en esta categoría, ya que si los recoges en el camino y los almacenas en un cofre en tu base, no tendrás que ir a recogerlos específicamente al bosque después de decenas de horas de juego.
Aunque puedan no ser útiles de primeras como las setas, las frambuesas u otras plantas recolectables, te aseguramos que sí lo son cuando llegas a cierto punto de la aventura. Tanto en los pantanos como en las montañas necesitarás este tipo de objetos para crear pociones muy potentes. Te contamos cómo.
Utilidad de los dientes de león
Necesitarás haber creado la Fragua, el Caldero y luego el Fermentador antes de poder usar esta planta, que antiguamente se usaba como diurético. Se utiliza como componente en muchas bases de hidromiel con efectos tonificantes, así que da vida a lo largo del tiempo de forma complementaria a los alimentos. Sin embargo, no se necesita mucho para poder usarlo. Para que quede constancia, los dientes de león crecen en los prados.
Utilidad de los cardos
Esta planta extraña e inusualmente luminosa de Valheim también se puede incorporar en ciertas bases de hidromiel, como la muy útil poción de resistencia a las heladas (para la montaña) y la de resistencia al veneno (para el pantano), pero también es un ingrediente de muchos platos deliciosos como las salchichas. Necesitarás al menos la Fragua y el Caldero para preparar dichos brebajes. Generalmente son más útiles que los dientes de león y se necesitan más, así que no dudes en almacenarlos. Para que conste, crecen en la selva negra.
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